domingo, 14 de enero de 2018

1R. 8-Enero-2018. Paraiso Social



PARAISO SOCIAL EN CATALUNYA: 3000 entidades para 2500 sin techo.


Un sector no productivo en creciente improductividad
En este artículo, voy a presentar una realidad tan invisible para la sociedad en general, como la situación de las personas sin techo. Se puede leer mucha literatura por ahí sobre las personas en situación crónica de calle, y todas las fuentes coinciden en la descripción, causas y solución para erradicarla, pero, ¿Y si están equivocadas todas y alejadas de la realidad?, porque, ¿Cómo es que nadie las ha puesto en duda?, pues teniendo en cuenta la situación existente, con la cantidad de personas que malviven de esta manera, ¿Qué tiene de verdad toda esa cantidad de literatura existente?.
Para serles sincero, casi todo lo que está escrito sobre las peronas en situación crónica de calle, está escrito desde la comodidad, con muy pocos esfuerzos empleados, y sin ninguna rigurosidad científica. Es triste decirlo, pero al parecer y por norma general, este fenómeno importa poco a la gente seria y competente en materia de estudios sociológicos, y resulta que este vacío ha sido llenado por millones de informes, artículos y publicaciones, procedentes de personas mediocres en las ciencias de la observación, quienes la mayoría de ellos y ellas son profesionales en las entidades del tercer sector, y por lo tanto, la simple elaboración de tantas publicaciones, no es más que un mero esfuerzo estético para las fachadas de sus entidades. Para que se hagan una idea, intenten leer los informes, libros, tesis, investigaciones y demás artículos, que publican las más de 3000 entidades sociales de Catalunya, y sepan que, cada mes, trimestre, semestre y año, elaboran miles de publicaciones entre todas las entidades, pues es un ritual más de la tribu, es como ir a misa o hacer ofrendas. Desde un punto de vista razonable, cualquiera supone que nadie se lee ni el 1% de todo eso, entonces me pregunto, ¿porqué se sigue publicado?, ¿porqué se sigue gastando millones de fondos subvencionados en aumentar, más todavía, el bosque de la literatura sobre sinhogarismo?.
Mientras se está haciendo la pregunta anterior, sepa que el sector de los servicios sociales es el único sector al cual le pasa esto. Un día de estos, surfeando por internet, me encontré la web de la Mesa del Tercer Sector de Catalunya, y despés de mirar el bosque de articulos, articulillos y publicaciones que tienen colgados, me he ido a la página donde ponía "participa". Al entrar para ver la manera que había de participar con un proyecto social a la lucha contra la exclusión en la comunidad, no solo que me encontré con muchas e innecesarias condciones de particiapción que se le quitaría las ganas a cualquiera de colaborar, sino que también he visto unos datos sobre la existencia de unas 3000 entidades sociales participantes y unas 36 federaciones de entidades. Me parecieron mucho más interesantes estas dos últimas cifras que todas las condiciones y los sermones textuales sobre lo que ellos priorizan o valoran en los candidatos.
Propuestas sin propuesta
En cuanto a esto último, creo que es una auténtica verguenza y falta de interes en los problemas sociales, el hecho de poner una ventanilla de participación con tantas condiciones engorrosas, que tan solo ofrce oprtunidades a las personas que cumplen con los requisitos de pertenencia a las entidades y federaciones mencionadas. Sinceramente hablando, si han puesto la ventanilla con esas condiciones y criterios de selección, es que no les interesan que alguien les envie proyectos. Cómo es posible contribuir al cambio social con proyectos modernos, si un ciudadano normal y corriente, por el hecho de no trabajar en el mundo social, no puede contribuir con una idea, una invesigació o un proyecto. Cualquier persona que haya sido emprendedor al menos una vez en su vida, sabe que las ideas no vienen de las personas deseadas ni de los colectivos esperados, pero supongo que la mesa del terecer sector dispone de muchas decadas de tiempo sin prisas, para esperar una idea revolucionaria por parte de algún profesional miembro.
A continuación queda ilustrada una muestra del problema que acabo de mencioar.
La "Cosa Nostra" de los servicios sociales en Catalunya
Resulta que en Catalunya hay más de 3000 entidades sociales y están organizadas en 36 federaciones, pero no sólo eso, sino que también están agrupadas bajo otras formas de organización, y son auténticos "lobbies".
  • Un lobby es un grupo de presión, es un colectivo con intereses comunes que realiza acciones dirigidas a influir ante la Administración Pública para promover decisiones favorables a los intereses de ese sector concreto de la sociedad.
En Barcelona, estos "Lobbies" están bajo nombres como: La Taula del Tercer Sector, El Consorci de Serveis Socials de Barcelona (CSSBcn), L’Acord Ciutadà, o La Red de Atención a Personas Sin Hogar (XAPSLL) entre otras. Todas estas agrupaciones en forma de "Lobbies" son también auténticos carteles del tercer sector.
  • Cartel es el termino con el que se identifica a una gran organización o a un conjunto de organizaciones que establecen acuerdos de autoprotección, colaboración y reparto de territorios, mercados o clientes, para llevar a cabo sus actividades dentro de un marco común de actuación.
ETHOS
Aparte de esta realidad estructural en cuanto a las entidades, el informe sobre el estado de los servicios sociales, emitido por la Generalitat de Catalunya para el año 2016, expresa lo siguiente:
  • El informe de cuantificación y distribución territorial de la población mal alojada en Cataluña, publicado en abril de 2016 por la Agencia de la Vivienda de Cataluña y basado en la tipología ETHOS, cuantifica en 48.454 los casos de mal alojamiento atendidos durante el 2014, con la distinción por tipologías siguientes: 5.433 sin techo (11,2%), 8.634 sin vivienda (17,8%), 26.705 con vivienda insegura (55,1%) y 7.682 con vivienda inadecuada (15,9%). Según este informe, los municipios de más de 20.000 habitantes concentran más del 90% de los casos de personas sin techo y sin vivienda.
  • El perfil de persona sin techo es mayoritariamente masculino, (82,3%) y concentrado en la franja de edad de 35 a 64 años (72,3% de), nacido en Cataluña (53,0%) y sin ingresos (58,9%).
Para entender sobre la tipología ETHOS (Tipología Europea de Sin Hogar y Exclusión Residencial), que mi modo de ver es una tipología sin fundamento científico e iré demostrando las razones en otro artículo, os quiero decir que fue desarrollada en 2005 por FEANTSA (Federación de Asociaciones Nacionales que trabajan a favor de las Personas sin Hogar), que no es más que otro "Lobbie" pero a nivel de Europa, pues son los que presionan a los comisarios europeos con los acuerdos y las subvenciones. La clasificación ETHOS propone 4 categorías diferentes de pobreza sin hogar: la sin techo (roofless), la sin vivienda (houseless), la de vivienda insegura (insecure housing), y por último la de vivienda inadecuada (inadequate housing). Para conocer los significados de cada categoria y su descripción, pongo a continuación la siguiente imagen:
Entonces, para entender el párrafo del informe publicado por la Generalitat, y sacar los datos públicos sobre el colectivo que vamos a tratar en este artículo, es decir, sobre las personas en situación crónica de calle, vemos que la cifra de las peronas sin techo para el año 2014, de la categoría que le corresponde a estas personas según ETHOS, muestra un saldo de 5.433 peronas en Cataluña, y que las personas nacidas en Catalunya suponen el 53% del total de peronas sin techo, es decir, que poco más de la mitad son nativos. Ahora bien, sin calcular el total de personas españolas que se hayan en situación de calle, que las hay de por muchas otras comunidades autónomas, observamos que hay aproximadamente unas 2750 personas catalanas sin techo, y viendo este dato y haciéndo una comparación con la cifra de 3000 entidades sociales que hay en Cataluña, se puede observar que, por cada persona sin techo existe más de una entidad.
Un auténtico paraíso social
Se supone que en cada entidad existen un mínimo de 5 personas trabajando y controlan un mínimo de 100.000 euros al año de presupuesto, pero viendo la situación global y sin averiguar los miles de millones que se gastan al año, tan solo puedo decir que en Catalunya existe una especie de paraíso social para las entidades del tercer sector; digo esto porque solo en las regiones con escasa o laxa legislación fiscal, tales como Gibraltar, Malta o Bahamas entre otras, las empresas superan en número al cómputo de la población, y aún así, los servicios públicos de dichas regiones están en mínimos por la escasa recaudación de impuestos, es decir, que son regiones ricas en empresas y pobres en recursos monetarios a emplear. Aquí en Catalunya, aunque haya más de una entidad social por cada persona sin techo, vemos que no existen recursos suficientes para ellos, y de los pocos que hay, la mayoría son de muy mala calidad y en muchos casos suponen un daño irreversible para la integridad de cualquier persona, es decir, que Cataluña es rica en entidades pero muy pobre en recursos sociales a emplear.
A continuación mostraré en unas capturas de imagen, el gasto del sector de los servicios sociales y las partidas de los dos mil millones € de media al año. En otro articulo iré mostrando partida por partida, explicando las pagas y ayudas sociales, así como los gastos en vivendas sociales.
  • Es triste ver el hecho de que, los españoles cotizan miles de millones € para que otros los malgasten de forma antisocial
¿Adónde va el dinero de los españoles si sus familiares siguen muriendose en las calles?

1R. 19-Diciembre-2017. El Régimen Asistencial




EL RÉGIMEN ASISTENCIAL: La corrupción de los derechos sociales.


Las entidades persiguen las ganancias y sus profesionales las obtienen a través de expedientes exitosos
El pan de cada día en los servicios sociales de Barcelona, tanto para los profesionales como para las personas usuarias, se manifiesta en forma de entrevistas y citas. Estos encuentros se hacen para construir y mantener un vínculo, entre las personas necesitadas de ayuda social y las entidades gestoras de estas ayudas, teniendo como objetivo final, la evaluación, la medición y la supervisión de las capacidades que puedan reflejarse en la persona atendida. El seguimiento y el plan de ahorro, se han instrumentado para canalizar los fondos de las partidas presupuestarias. Aunque las ayudas, monetarias y no monetarias, son el instrumento principal de las entidades sociales, para sus profesionales periféricos, de trabajo, educación e integración social, no lo son. Las ayudas sociales, son para los profesionales lo que son los expedientes y los informes para las entidades, y el seguimiento al usuario, así como el control de su expediente, son para los profesionales lo que es el dinero para sus entidades. Las entidades obtienen fondos a cambio de resultados en forma de gastos, informes e indicadores, y lo hacen por medio de sus profesionales, quienes a través de la generación y el seguimiento de expedientes, logran el objetivo institucional. Las reglas son muy sencillas y no hay una legislación compleja que haga regular las pautas de gestión, es decir, que no existe una normativa en cuanto a las formas de obtener y lograr los objetivos institucionales, quedando al libre mercado, pos así decirlo, la elección del usuario idóneo y la forma más rentable de trabajar.
El seguimiento es la razón del trabajo social

El instrumento de poder que poseen los profesionales, no es realmente percibido por ellos mismos como tal, es decir, que no existe la conciencia de este poder ejercido sobre las personas que atienden. A su vez, las personas usuarias, sí que perciben este poder al que están sometidas, e intentan adaptarse lo mejor posible, desarrollando la mayor parte de las veces una actitud seguidora y un tanto sumisa. Entre usuarios y profesionales, se desarrolla un vínculo cuyo progreso entraña una retroalimentación cíclica, es decir, que de entrada se despliegan unas posturas de dominio y sumisión, y una vez asumidos los papeles, dichos papeles condicionan y guían la relación entre ellos, para luego volver a modularse los papeles a causa de la relación. La relación de usuario-profesional sufre el mismo proceso cognitivo de iniciación, crecimiento y maduración, que sufre cualquier relación social, sea familiar, de amistad, laboral o de pareja. El carácter materno paternal es muy dominante en el asistencialismo social actual, y aunque se trate de un servicio público a personas adultas y no a unos niños, los servicios sociales acaban imponiendo una doctrina muy similar a la de cualquier religión.

Las entrevistas de ahora son las confesiones de antes, y las pautas del plan de seguimiento son las aves marías y las letanías que imponían antes
Esta clase de relación, actualmente no se da en ningún otro sector de servicios, sean públicos o privados. Existía antes cuando la iglesia era la institución dominante del estado y los párrocos administraban y supervisaban la fe; la que existe actualmente, es a causa de una falta de interés público y la manifestación de los sentimientos morales que gobiernan la vida de los ciudadanos, pues no es más que la transcendencia de la anterior y medieval relación caritativa. Los servicios sociales actuales son una adaptación del negocio de la caridad a las costumbres modernas, de ahí que la relación sea de dependencia entre usuarios y profesionales. Aunque exista bastante teoría en materia de sociología, a la practica se emplean las mismas técnicas caritativas de siempre, pues se sigue persiguiendo un vinculo fuerte y un proceso de fidelización del usuario, es decir, que se busca institucionalizar a las personas, a que no recuperen sus libertades de forma no asistencial, sino dentro de un marco institucional preestablecido. Tanto para las personas trabajadoras como para las usuarias, esta relación supone mucha toxicidad moral, mucha fatiga, y en algunas ocasiones mucho estrés. Ninguna de las dos partes tienen la culpa de verse envueltas en un baile fastidioso, pero ahí están actuando las dos por necesidad, y aunque se vean cada una por su lado muy diferente a la otra, no son más que las dos caras de una misma moneda, pues una a nacido a raíz de la otra, y la otra sigue existiendo a raíz de aquella.
Cuando lo pierdes todo, tan solo te queda la simpatía, porque nadie te reconocerá los derechos sociales

La asistencia y el trabajo social, en base a la experiencia adquirida de cada entidad, se han constituido en forma de procedimientos estandarizados, sin que haya una normalización a nivel local, autonómico o estatal. Aunque no haya un consenso para una forma unánime de trabajar, los sistemas, aunque sean diferentes entre sí, siguien siendo sistemas de control e institucionalización, es decir, que cada entidad ha construido un marco de fidelización al usuario, para la supervivencia del negocio que ejercen. Cualquier profesional nuevo que se vaya a incorporar, así como cualquier usuario nuevo que vaya a ser atendido, quedará inmerso en un sistema de patrones fuertemente consolidados que le hará comportarse como una maquina, y este hecho ocurrirá a causa de la experiencia institucional adquirida, en un marco de libertad y ausencia de procedimientos científicamente probados. Uno de los procedimientos científicamente no probados, pero muy utilizados por el mero ejercicio de la superioridad moral y la costumbre, es el plan de ahorro, y es la peor tortura que sufren las personas usuarias bajo el seguimiento del profesional asignado. La persona usuaria está forzada y obligada a cumplir con una actitud casi estoica y muy parecida a la que impone el FMI a los países endeudados, es decir, que los profesionales imponen a sus usuarios lo que ni ellos mismos serían capaces de hacer en sus condiciones mas o menos acomodadas, para no hablar de si se encontrarían en la situación misera de los usuarios. Los profesionales exigen y persiguen a los usuarios el cumplimiento del plan de ahorro, y estos últimos adoptan una postura sumisa mientras estén bajo presión, pues en cuanto se ven liberados de tal fastidio, vuelven de inmediato a expresarse con normalidad. Obviamente no les pasa a todos, porque no todo el colectivo atentido tiene ingresos o rentas, y dentro de los que las obtienen, sea mediante pagas sociales, sueldos y salarios u otras clases de rentas, existe un porcentaje muy alto que puede sobrellevarlo bien.

De este último subgrupo, la mayor parte son extranjeros quienes han venido a este país con el objetivo de ganar dinero y ahorrar para enviarlo a su país de origen, o llevárselo para cuando quieran volver, pues están aquí por sus altas capacidades laborales y no por haber sufrido la exclusión. Los extranjeros atendidos por los servicios sociales fueron acogidos por encontrarse en situación de sinhogarismo y no de exclusión social, aunque una gran parte de los profesionales del sector no lo interpreten así. En cuanto a esto último, es un hecho causado por una ausencia de literatura exacta y fiable en materia de trabajo social, pues los profesionales se empapan de ambigüedades y relativismo en sus estudios universitarios y no aprenden a diferenciar bien los conceptos, confundiéndolos y tergiversándolos sin querer, por desconocimiento y por tendencia común.

A la hora de atender las solicitudes de auxilio social, los profesionales prefieren acoger a los inmigrantes antes que a los nacionales, por sus conductas sumisas. Estos últimos, ya vienen con esa idea de tener que someterse para ganar algo, mientras que un ciudadano nacional no puede someterse de inmediato, porque la petición y la insinuación le cogen por sorpresa y su reacción es de rechazo y aversión. Para cuando un miembro nacional en situación de exclusión social, aprende la necesidad de adoptar el papel sumiso, ya es demasiado tarde y se encuentra en situación de cronicidad total, a causa del rechazo institucional experimentado. Una persona extranjera, desde el minuto cero en una entrevista, suele caer bien y resulta bastante simpática, mientras que una persona nacional, por el hecho de haber sido marginada, humillada y mal tratada, suele resultar antipática y no merecedora de ayuda, por el hecho de no transmitir la simpatía esperada, de no poseer las altas cualidades y capacidades laborales esperadas, y por poseer alguna clase de adicción.
Dicho esto último, al confundirse los conceptos de sinhogarismo y exclusión social en la mayor parte de la sociedad, los profesionales tienden a aplaudir, apremiar y dignificar a los inmigrantes por sus conductas humildes, sanas y receptivas, y no saben discriminar los efectos del sinhogarismo de los provocados por una exclusión. Juzgando por los resultados a la vista, se deduce fácilmente el error humano nivel institucional, y la causa de este error no puede ser otra más que la disfuncionalidad educativa en las universidades, reforzada por los sentimientos morales del sector. Lo que hay es el producto de lo que se aprende, lo que se aprende es el producto de lo que se enseña, y lo que se enseña, en ausencia de evidencias científicas y trabajos serios de investigación, es el producto de lo que creen que se debería saber y de cómo se debería pensar. La mediocridad profesional expresada en un sector en particular, no es más que el reflejo de una mediocridad académica representante del conocimiento empleado en dicho sector.
Tal y como he dicho antes, los extranjeros suelen acatar con facilidad las pautas del seguimiento, y he aquí la razón del "know how" en el trabajo social, del porqué se hacen las cosas como se hacen, y es debido a que los procedimientos del trabajo social han sido configurados en base a los inmigrantes, quienes al no sufrir la exclusión y estando cuerdos, han determinado los procedimientos a seguir. La entidades y los profesionales, han generalizando y metido en el mismo saco a inmigrantes y nacionales, siendo estos últimos quienes, por los efectos de la auténtica exclusión social, han perdido las capacidades laborales, las de relación social, e incluso la cordura.
Los nacionales sufren un régimen institucional hecho para inmigrantes del tercer mundo

Es injusto y solo ellas, las personas de nacionalidad española, saben lo cruel que es el sistema de servicios sociales, al compararles y hacerles que compitan con los inmigrantes en condiciones absolutas de desigualdad. Es tan injusto y trágico, que se asimila a los regímenes educativos de antaño, donde los niños de padres pobres o campesinos, eran estigmatizados y presionados por los maestros y las maestras, al ser comparados y empujados a competir con niños afortunados en tiempo, recursos y entornos culturalmente elevados.
Para que se hagan una idea del porqué está como está el sector de los servicios sociales, sepan que la democracia, es decir, los sistemas de imposición por influencia mayoritaria, suele reinar en cualquier lado, en cualquier empresa y en cualquier grupo social, sin que el tercer sector se escape a ello. La mayor parte de personas, clientes, proveedores, o participantes, suele marcar, de forma activa, pasiva, directa o indirecta, las normas y los procedimientos a seguir en términos absolutos para una empresa, país o grupo social cualquiera. No es que los inmigrantes han determinado de forma consciente el funcionamiento de los servicios sociales en España, sino que lo han hecho por su mayor presencia en las peticiones de recursos. Las entidades sociales, en ausencia de un consenso estatal y una legislación como es debido, han buscado siempre la rentabilidad con el mínimo esfuerzo posible y han dado paso a que los profesionales vayan buscando lo mismo, ejerciéndose a raíz de las necesidades institucionales y las personales de los profesionales, una selección darwinista entre los solicitantes de auxilio social, dejando al margen a quienes por derecho constitucional les tenían que atender y abriendo los brazos a un colectivo con intereses puramente económicos, los inmigrantes.
El sector se ha adaptado tanto a los inmigrantes, que expulsa, margina y maltrata a los nacionales
Es muy común el hecho de que, la materia prima o la tipología de los clientes, vayan cambiando las formas de hacer en un negocio determinado, e incluso en todo un sector, y lo mismo ha sucedido en el tercer sector de Barcelona, pues los inmigrantes, al representar más del 90% de los usuarios de servicios sociales desde hace más de una década, han ido modificando el trabajo social hasta tal punto de resultar muy perjudicial para los miembros nacionales. En ausencia de regulación en este sentido, las entidades han cambiado mucho el panorama del trabajo social, transformándose todo el sector social público en uno privado de hostelería y turismo para inmigrantes pobres.
Los profesionales comparten más cosas con los usuarios que con las entidades para las que trabajan
En cualquier país, un servicio público debe beneficiar a su propio pueblo, porque de otra manera sería un negocio privadao, pero en Barcelona, a pesar de que el sector de los servicios sociales esté financiado con el dinero de los españoles, los únicos beneficiarios de su gasto, son los inmigrantes pobres y los participantes en las juntas directivas de las entidades, así como sus participantes económicos. Los profesionales del trabajo social, así como los usuarios nacionales, son los únicos perjudicados; los primeros por tener que hacer el trabajo duro a cambio de precariedad laboral, riesgo personal y falta de reconocimiento social, y los segundos por estar desprotegidos ante la vulnerabilidad de sus derechos constitucionales, mientras sufren la verdadera y cruel exclusión social. Lo que ahora no se ve y nadie parece observarlo, en el futuro será visto como uno de los mayores errores institucionales.

El régimen asistencial de los inmigrantes pobres. que impera ahora mismo en el sector de los servicios sociales de Barcelona, tiene consecuencias mortales para muchas personas nacionales, hombres y mujeres que mueren cada año en la miseria y en el olvido, por no cuadrar en tiempo y situación con la naturaleza del sector social actual. El 90% de las personas que ocupan los pisos de Habitatge, de los programas de derivación, así como de los programas Housing First, está formado por inmigrantes, y tan solo una de cada 10 personas es española. Día tras día, mes a mes y año tras año, las entidades incorporan inmigrantes en sus programas de viviendas y no paran de publicar artículos y noticias, jactándose de sus labores sociales, mientras en las calles se pudren personas con derechos negados y olvidados. Esta situación actual es comparable con el "Apartheid" de Sudáfrica, con aquel sistema de segregación racial, pero con la peculiaridad de que, la segregación social en Barcelona, está promovida por los nativos acomodados y afortunados en contra de los nativos marginados.

Se necesita una acción social urgente
Ante esta situación, me gustaría animar a toda la comunidad de periodistas, investigadores, profesionales del sector y activistas, a que investiguen a todo el sector, con todas las entidades y programas, porque no tardarán en descubrir una realidad catastrófica. Ojalá la sociedad empiece a poner los ojos encima de esta situación y actúen en contra de una barbarie producida por un vació de ley y una despreocupación general. El día que lo hagan, que vayan a investigar la situación actual y vayan a rebuscar en todos los registros históricos de los últimos diez años, descubrirán un gran agujero negro de miles de millones de euros sobre las arcas públicas, miles de muertes en la miseria y un auténtico infierno para los ciudadanos excluidos de este país.
Es necesaria una revolución social del tercer sector
El sector de los servicios sociales, tiene que ser público, los profesionales tienen que ser funcionarios con todas las características profesionales de un medico o de un inspector tributario, y el sector contra la exclusión debería ser absorbido en su totalidad por la estructura de la Seguridad Social. Prohibiendo legalmente la caridad en todas sus formas y trabajando en la prevención de la exclusión más que en la gestión de la misma, es la mejor garantía para el derecho a la vivienda, al honor y a la dignidad.
No contribuyas a la ceguera social políticamente correcta. !ACTÚA!

1Q. 29-Noviembre-2017. La Zona Gris.





LA ZONA GRIS: El lado ciego de la sociedad.

Todos lo vemos claro, pero como sociedad estamos ciegos
En este artículo, voy a describir un hecho insólito y estremecedor por sus consecuencias derivadas de su misma existencia, y consiste exactamente en la no percepción de alguien por parte de la sociedad. Para no complicarlo en forma de una definición engorrosa, os digo que existe una ceguera social hacia una condición humana determinada. Se trata de un área en el cual dejas de ser percibido por los demás y por la sociedad en general, es decir, que no existes una vez entrado en dicha área y, aunque suene a ciencia ficción, es una realidad para la mayor parte de las personas en situación de exclusión social.
La zona gris, mitológicamente hablando, sería "el inframundo", porque se manifiesta como un mundo dentro y por debajo de otro mundo. En cambio, el lado ciego de la sociedad hace referencia al punto ciego que tenemos todos y está situado a unos 20 centímetros del ojo izquierdo, y hago referencia a este concepto, comparando la colocación de un objeto en esa área del ojo con la colocación de una persona en una situación social determinada. La sociedad es una estructura con personalidad propia y a continuación veremos que, como partes de ella, podremos ser visible o invisibles hacía ella, en función de la importancia que guardamos en relación con las otra partes.
Una persona incluida en la sociedad, por norma general, está vinculada a otras personas en unas relaciones sociales de familia, de amistad, de trabajo o de vecindad entre otras, siendo todas estas relaciones y cada una de ella, muy similares a las ramificaciones de un sistema nervioso que une en sensibilidad a las células de un cuerpo. Las relaciones sociales nos provee ante todo de seguridad vital, porque nuestra actividad, así como la ausencia de ella, son percibidas por otras personas a través de estas relaciones. En ausencia de vinculo social significante, las garantías vitales se ven mermadas y nuestras vidas peligran más que nunca. A continuación, explicaré mejor el concepto del presente artículo, ilustrando la situación de la exclusión social, mediante el siguiente dilema que he desarrollado hace mucho tiempo.
El dilema de José
  • Imagínense a un tal José, quien vivió mucho tiempo en las calles y que, ahora estándo en un albergue, decide renunciar a la plaza o le echan los profesionales por incumplir alguna norma de convivencia. José se va a la calle, y a partir del momento en que sale por la puerta, para el personal del albergue, él es una persona más que se fue y que estará muy bien gracias a su experiencia callejera, para su familia no es más que una vergüenza y un vagabundo que malvive por otras ciudades, y para el resto de personas que lo puedan conocer es una persona sin hogar que estará por alguna parte. Como podemos observar, la existencia de José es irrelevante y, al igual que el ojo humano intenta suplir el punto ciego con información cercana, dando color y noción de realidad, de la misma manera suplen las personas la invisibilidad de José, quien está en la zona gris, es decir, que está excluido socialmente y los demás dan por hecho una información especulada y con una cómoda noción de realidad. En ausencia de conexión sensible con José, las personas que por alguna circunstancia situacional han estado en contacto con él, recrean de forma inconsciente suposiciones inventadas y sin fundamentos reales; suposiciones que suelen salir en forma de acto reflejo, ante cualquier necesidad de hablar en un momento dado sobre él. Para la sociedad, no sólo que José no existe, sino que tampoco ha dejado de existir, o lo que es lo mismo, que es irrelevante si todavía vive o está muerto. Si José deja de vivir, y su cuerpo es fácilmente identificable, entonces la familia, los profesionales que lo atendieron, y demás personas que lo hayan conocido, sabrán que ha muerto, pero si José muere en unas circunstancias que dificultan su identificación o imposibilitan el descubrimiento de su cuerpo fallecido, entonces nunca ha muerto para nadie, pues todos aquellos y aquellas, quienes lo conocían y sabían de su existencia, llegarán a morir en la vejez y nunca sabrán qué ha sido de él. Puesto que todo ser humano está destinado a morir algún día, si José nunca morirá para alguien, significa que tampoco existió para alguien. Hallado en la situación de exlusión social y expuesto a toda clase de peligros inminentes, José está colocado en una condición de carácter invisible para la sociedad, y nadie se interesará por él cuando se muera, a no ser que alguien encuentre, por accidente, su cuerpo muerto e identificable. En otros casos que no signifique directamente la muerte, si José fuera victima de un secuestro para torturas, trafico de órganos u otra clase de violencia organizada, como su existencia no es importante para nadie, no habría alerta alguna por su ausencia, así como tampoco habría recursos desplegados para su localización. José, dadas las circunstancias de su situación, carece de importancia social en términos absolutos, y por lo tanto, está expuesto a multitud de peligros, porque la sociedad no le protege; José no existe.
Existimos en cuanto nos conocen
Si una persona incluida desaparece un día, los demás se preguntan de su ausencia entre ellos y ellas, por si alguien ha visto o sabe algo de esa persona y, en caso que no la encuentran, se ponen a movilizar multitud de recursos en su búsqueda. En cambio, una persona excluida socialmente carece de relaciones sociales, porque la naturaleza de su existencia ha hecho que nadie se preocupe por él o ella, y la falta de conexión vital y de relaciones sociales, le hace ser invisible a los demás. Siendo invisible y no estando vinculado a una red de sistema nervioso social, que pueda percibir su existencia así como su ausencia, la persona en sí, vive en una zona gris dentro de la sociedad pero desconectada de ella e invisible. Las personas en la sociedad, funcionan como grupos neuronales de una misma mente, y la aparición, cambio y ausencia de alguien o algo, es rápidamente sentido, percibido, juzgado y procesado por los demás. Tal y como se puede intuir, permanecer en grupo es vital y aumenta bastante las probabilidades de éxito, disminuyendo considerablemente las del fracaso. Para que se hagan una idea, la probabilidad de éxito en grupo social, en cuanto a la supervivencia y a la felicidad, no llega al 80% sino que se acerca bastante, mientras que la de una persona excluida socialmente es muy por debajo de la media total. Ante esta situación, resulta que si no estás en cuenta de nadie tampoco dejarás de estarlo para ese nadie, el día que dejes de estar en este mundo.
El territorio de la exclusión social
La zona gris es mortal para muchos, lo ha sido en el pasado, y lo será para muchas más personas en el futuro, si las instituciones no actúan. Es la triste situación en la que viven muchas personas en Bracelona, España y el mundo entero, y es necesario un mecanismo institucional para dar cobertura social, de sensibilidad y de visibilidad, a aquellos o aquellas que carecen de vínculos sociales. Cerrar las puertas del "inframundo", eliminando la ceguera social por medio de programas sociales no caritativos, sería un gran paso para la sociedad en la prevención del riesgo por exclusión social.
Recuerden
La no constancia de actividad y existencia de una persona, es equivalente al desconocimiento existencial por parte de su sistema vital. Un sistema social sano, no produce vida para luego excluirla, sino todo lo contrario, para forjar vínculos constructivos y productivos con ella.
¿Qué podría dar de si misma, una persona colocada en un área de ceguera social?
y
¿Qué clase de sociedad, margina a sus miembros y los dejan morir en la miseria ?

1P. 23 Noviembre-2017. Font Honrada






FONT HONRADA 8: Ducha y comida a cambio de tu ropa y tu dignidad!.


Del trueque con la dignidad
He aquí otra experiencia mía personal, que debo compartirla con todo el mundo. Recuerdo el día que descubrí el comedor del Paral-lel, en el otoño del 2014, y cuando una asistenta social de allí, me indicó el Centro de Día Font Honrada. El centro está gestionado por los servicios sociales del ayuntamiento de Barcelona, y está situado en el barrio de Poble Sec. La asistenta del comedor Paral-lel me dijo que allí podría ducharme y cambiarme de ropa, así que fui allí con muchas ganas. Cuando llegué, me llevé una gran sorpresa, porque tenía que renunciar a mi ropa que llevaba puesta, a cambio de otra, sin que haya alguna otra posibilidad, pues el trueque que me imponían no era negociable. En aquel momento había un chico joven como responsable y trabajador social, una mujer rubia de avanzada edad como educadora y responsable de las duchas, y una chica joven con pelo rizado, quien acababa de llegar, como trabajadora social también. Los tres "profesionales" aquellos, eran los amos de aquel centro, pues todo lo controlaban y los tres tenían muy claro la inmutabilidad de sus normas. Hoy en día, el centro funciona igual, aunque alguno de ellos ya no trabaja allí.
Mi situación en aquel momento era bastante delicada, ya que no poseía nada personal más que las cosas que llevaba encima, porque en una noche anterior, me habían robado las maletas que llevaba, por dormir confiado en el banco de un parque. Llevaba dos días en Barcelona, desde que me vine de Londres, y como no sabía adónde dirigirme, sin dinero y sin reservas en alguna pensión, me puse a dormir en un banco muy cerca del Arco de Triunfo. La primera noche fue todo bien, pero en la segunda, ya cambió la cosa. Desperté aquella mañana sin nada a mi alrededor, y tan solo tenía la ropa que llevaba encima y la cartera en un bolsillo sobre el que me acosté durmiendo para mayor seguridad. La camisa que llevaba era de seda, era una camisa de color gris brillante y, al igual que los pantalones, me gustaba mucho. Allí dentro, en el centro de Font Honrada, les dije que me gustaría guardar la camisa y también los pantalones, que vendría unos días después a por ellas, pero la respuesta fue negativa a cualquier cosa que pudiera proponer. Era imposible de explicar, que no quería dejarme la camisa y los pantalones a cambio de otra ropa. Ellos insistían en que, si quería ducharme, afeitarme, y llevar ropa limpia, tendría que renunciar incondicionalmente a la ropa que llevaba encima, que no había otra. Os lo digo con total certeza, que si alguien llega a este centro o en algún otro parecido en normas de funcionamiento, y llega teniendo una camisa, unos pantalones, unos calzoncillos o unos calcetines, como regalo de su madre, de su abuela o de su novia, que tenga ciertos recuerdos y guarde cierta importancia emocional, lo más seguro para que pueda conservarlas, sería no ducharse y buscar otra solución, porque las personas de allí tienen corazón de piedra y no van a adaptarse a las circunstancias de nadie.
Al personal de Font Honrada no le importan otras cosas más que cumplir las ridículas normas impuestas por ellos mismos, normas creadas e impuestas para el cómodo desarrollo de su día a día, sin importar el cómo puede sentirse el usuario final de sus servicios ofrecidos. Esta forma de ofrecer servicios financiados con fondos públicos, sólo puede demostrar una incompetencia inaceptable y una falta de sentido común. No hay margen para razonar en cuanto a esta norma, pues te hacen obedecer y encima te dicen una y otra vez que si no aceptas, te quedas sin ducharte.
  • Aquellas personas responsables del programa, quienes supuestamente se llaman a si mismos "profesionales", resultaron ser unos caraduras, unos imbéciles y unos sinvergüenzas de la peor calaña posible, porque eran capaces de despojar a alguien de lo último, lo único y lo más sencillo que poseía.
A pesar de haberles explicado mi historia, que ya no tenía nada personal más de lo que llevaba encima, no quisieron pensarlo siquiera, lo tenían muy claro, pues lo iban practicando cada día desde hace muchos años y no iban a cambiarlo conmigo. ¿Quién era yo para ellos? y ¿Quién eramos las personas en situación de calle?, pues nadie. Ellos eran, y siguen siendo, los que poseen esos recursos y la libertad total e incondicional de gestionarlos y administrarlos. Ellos imponían, y siguen imponiendo, toda clase de regímenes dictatoriales e infantiles en el centro, pues nadie les controla y nadie les vigilan el trabajo para juzgarles.
  • Como la voz de las personas usuarias no se escucha, como sus palabras no valen nada en ningún lugar y en ninguna parte, porque la sociedad les desestiman la capacidad de hablar y razonar, pues reina la injusticia y la violencia en el centro de día Fonthonrada, al igual que lo hace en muchos lugares parecidos y en gran parte del sector de los servicios sociales de Barcelona.
Como os podéis imaginar, me vi obligado a renunciar a mi ropa a cambio de otra, y la otra ropa que me dieron era de tercera o de cuarta mano, por lo menos. A cambio de mi ropa, me dieron unos pantalones de vaquero con un color raro, supongo que de tantas veces que habían sido lavados con detergentes fuertes y algo de lejía, se le fueron el color para lucir un marrón mezclado con verde. Me iban apretados y no llegaban a tocar los zapatos. La camisa, era una camisa de color azul, de estas que visten los ancianos cuando van los domingos a la iglesia. Os lo juro que, tanto la camisa como los pantalones, olían a lejía. Si antes parecía un pobre, por no llevar nada encima, ahora parecía un autentico mendigo y una persona institucionalizada en la pobreza. Con la ropa que me dieron, mis probabilidades de ser aceptado en un trabajo, se redujeron al mínimo, y con ellas, también las de hacer amigos. ¿Quién iba a querer acercarse a mi con la pinta que tenía?
De cómo los Nazis despojaban a los judíos de sus pertenencias
Unos días después, cuando fui aceptado y entré al albergue de Zona Franca, pude comprobar que mi experiencia con la ropa no era la única, y que habían muchas personas con historias similares y algunas en otros centros también. En una charla de estas que tenía con otros compañeros, he planteado la siguiente pregunta: Si a todos les hacen lo mismo ¿Dónde está la ropa que confiscan a los nuevos llegados en situación de calle? pues de lo único que había en aquellas perchas, podría jurar que había elegido lo mejor, e imagínense lo que significaba "lo mejor", por la ropa que me habían dado a cambio. Al final, la conclusión de todos fue la siguiente: que los supuestos profesionales de Font Honrada y de otros centros de ducha con normas similares, eran unos hijos de la gran p*** y que eran unos hipócritas por estar trabajando bajo unos roles de supuesta ayuda social, cuando en realidad, estaban atropellando los derechos y los sentimientos de las personas. Algunos se preguntaban en cómo podrían esta gente ir a sus casas y abrazar a sus hijos, después de tratar a otras personas con tanto desprecio y frialdad. Yo les expliqué un poco algunos acontecimientos históricos, y en especial sobre el comportamiento de los nazis alemanes hacía el resto que no lo eran. Les explique el proceso de la despersonificación, mediante el cual, las personas no malvadas podrían causar mucho daño y dolor a otras personas, acatando normas y ordenes institucionales. Les expliqué la manera bajo la cual, los ideólogos nazis, lograron que los ciudadanos alemanes de orden común, vieran a las personas de etnia judía, como seres inferiores e incluso como sucios y merecedores de castigo. Les hice la comparación de aquellos funcionarios nazis, quienes vulneraban y pisoteaban la dignidad de los demás, con estos profesionales de los actuales centros de servicios sociales, quienes vulneran y pisotean la dignidad de los demás ciudadanos que acuden a sus servicios como usuarios. Algunas personas me dieron la razón y algunos me criticaron por ser desagradecido con lo que hay, y estos últimos me dijeron que tenía que dar las gracias a todos aquellos profesionales y besarles hasta los pies por darme de comer y dejarme duchar.
  • Sobre esta clase de usuarios aduladores, quienes en cierta manera cambian e inducen la conducta de los profesionales hacia una postura señorial, hablaré en otro articulo, y con mucho detalle, porque representan a los verdaderos cronificados del sistema. Para el Estado de la caridad, este subgrupo de usuarios representan la cuota fija y estable del mercado; ellos representan a los clientes fieles y adoctrinados de las entidades, y en ellos encuentran, dichas entidades, la mayor parte del sentido profesional.
También un reino del hambre
Unas semanas después de entrar en el centro residencial de Zona Franca, en el mismo centro de día Font Honrada me asignaron una plaza de comedor, y recuerdo muy bien el día cuando me echaron la bronca por llegar 20 minutos más tarde, pues fue la primera vez y aquello nunca me había pasado en la vida. La segunda vez, escuché broncas mientras me servían la comida, y la tercera vez ni siquiera me dejaron entrar, habiendo todavía unos 45 minutos de margen hasta el cierre. Me pedían explicaciones y justificaciones como a un niño que trae malas notas del cole.
No os imagináis la vergüenza que se experimenta en una situación así, pues te rodean entre dos o tres personas, con sermones de toda clase, para que pidas perdón a gritos o para que te pongas a llorar. Les dije que la búsqueda laboral me pillaba lejos, que tardaba en llegar con el transporte público, que tan solo pasaron 20 minutos y que comería en unos 10 o 15 y me largaría, pero mis palabras no les llegaban. Me decían una y otra vez que yo era igual que el resto (OJO : no igual que ellos mismos también), que era igual que todos los usuarios y que, si los demás hacen cola, yo tendría que hacerla también. Aunque el horario de comer tenía una hora y media de margen, si no hacías cola con todos los demás, eras tachado de ingrato y no merecedor de su comida. A la primera vez que vine un poco tarde, recuerdo el sermón que me dieron en frente de todos los demás, es decir, me acompañaron dentro y una vez entrado, empezaron a explicarme la buena conducta que tenían los demás sentados, que yo faltaría el respeto de los demás con llegar más tarde, y que no debía de volver a repetirlo jamás.
Paradógicamente, aquello no se parecía a un comedor social sino a un comedor privado, con el que supuestamente tenía alguna deuda o contrato de esclavitud firmado, del que no tenía constancia.
Una reflexión social urgente!
Quiero que se hagan una idea, de lo que podría esperarle a cualquier persona que lo pierde todo. Quiero que vean las consecuencias más drásticas de la inactividad cívica, política y social, de la sociedad y que vean lo que existe, por no practicar la cultura de exigir responsabilidades, resultados y justificaciones del gasto público. Por vagancia, por dejadez o por lo que sea, la sociedad permite la construcción y existencia de estructuras tóxicas, antisociales e inhumanas. A mi modo de ver, el no querer saber nada y no implicarse en la estructura y administración social, es una conducta irresponsable. La pobreza podría afectarle a cualquiera en el futuro, y cuando lo haga, descubrirá que va a ser maltratado, injuriado y excluido por los mismos recursos, estructuras y programas, que deberían ayudarle. Aparte de esto, los más triste que va a sentir, será el hecho de que, él mismo o ella misma, ha financiado durante años, con el pago de los impuestos, dichas estructuras que le están torturando y haciendo más daño que bien.
Sugerencias para el cambio
Hacia el Centro de Día Font Honrada:
  1. Cambien el funcionamiento del servicio de duchas y devuelvan la ropa al usuario del servicio. Ya sabemos que diseñaron este sistema en función de vuestra comodidad, tranquilidad e interés, pero deberían cambiar la forma de trabajar y desarrollar registros, como si estuvieran tratando con clientes, pues al final los usuarios son la razón de vuestro pan de cada día, de vuestros sueldos y de vuestra tranquilidad laboral. Sin pobres no habrían tenido los empleos, así que un poco de respeto y consideración para con las personas, que ustedes también viven de la caridad, al igual que ellos. Desarrollen sistemas fiables de recogida y devolución de la ropa, y no se escondan detrás tonterías tales como, que la empresa que recoge la ropa, no la selecciona, que los usuarios se equivocan y arman escándalos..etc, Nada de eso, porque si otros centros de día pueden hacerlo, todos deberían poder, pues vayan a preguntar como lo hacen y hagan igual. Las empresas de lavandería hacen lo que ustedes les piden, porque ustedes les dan trabajo y no ellos a ustedes. Impongan formas de trabajar y cambien los procesos, y si se niegan o no les conviene, pues despídanse y contraten a otra empresa, tal cual. Los usuarios nunca se quejarías bajo un sistema justo y eficiente, y si alguien afirma lo contrario, es porque ha ocurrido en un lugar caótico y poco profesional.
  2. La ropa del ropero, es para las personas y no para las perchas, que ya hemos visto una cantidad de ropa impresionante, y tan solo sirve para que os sintáis increíblemente llenos de recursos, pero nadie puede obtener una camisa de más, a no ser que renuncie a la suya.
  3. Dejen de forzar colas a la hora de comer y tratar a las personas como animales en una granja. Dejen comer y respeten el horario, porque si alguien viene dentro del horario, le tenéis que respetar, le tenéis que dar de comer, y le tenéis que dejar en paz, porque no viene allí para pedir limosna a nadie, pues viene allí pensando que es un comedor público y tiene derechos inviolables como el derecho al honor, a la integridad y a la libertad, y os paga para ofrecer un servicio digno y no para sentirse los reyes del mambo o los enviados de dios en la tierra.
Hacia el Ayuntamiento de Barcelona:
  1. Crean equipos de investigación e inspección de los recursos, envíen personas disfrazadas y de incógnito, y recojan informes y experiencias de usuarios, porque os vais a sorprender de la jungla que habéis creado y estáis alimentando en la ciudad. Se parece a una dictadura moral o religiosa y nada tiene que ver con un servicio publico en buenas condiciones. Desarrollen un departamento de control interno para vigilar la conducta profesional en los centros, abran una ventanilla fácil para las quejas y reclamaciones, y a la vez de efecto directo, para dar derechos que los usuarios deberían tener.
  2. Habéis creado una estructura humillante para la gran mayoría de usuarios y usuarias, estáis dejando crecer una especie de inquisición moderna, y lo peor de todo, es que lo hacen con el dinero de los demás contribuyentes. Es como coger el dinero de los demás y cavarles tumbas sin que lo sepan, para que el día que pierdan poder adquisitivo y capacidad de consumir, puedan empujarles en ellas y tirarles tierra encima. ES UNA AUTÉNTICA VERGÜENZA LA SITUACIÓN DE LOS SERVICIOS SOCIALES EN BARCELONA
  3. Lavanderías 24 horas. Libren a las personas de la humillación y la tiranía, y hagan acuerdos con las empresas de lavanderías, para que las personas en situación de exclusión social, puedan ir a lavar sus ropas, el día que les plazcan, al lugar y barrio que les convengan y que se puedan sentir autónomos y responsables de algo. No saben lo importante que son esos detalles, pero fomentar la autonomía y prevenir la pérdida de dignidad, debería ser el objetivo principal de los servicios sociales, pues la estructura de la caridad, fomenta todo lo contrario. DONDE HAY AUTONOMÍA Y DIGNIDAD, NO HAY LUGAR PARA LA CARIDAD, Y ES AHÍ DONDE TRIUNFA EL ESTADO DE DERECHO Y PIERDEN FUERZA LAS OTRAS FORMAS DE ESTADO, MEDIEVALES Y PRIMITIVOS. Hagan tratos, convenios o lo que sea, pero hagan algo al respecto y libren a miles de personas de las garras de la caridad. Dejen los servicios de lavandería en centros para los más cronificados y con dificultades físicas o mentales, pero libren al 90% de mujeres y hombres de este colectivo, porque muchos o algunos de las futuras generaciones, van a llegar a esta situación, y hacer algo ahora, es construir un futuro mejor para ellos.
  4. Si no logran tratos, a construirlas, construyan una lavandería por cada distrito y ayuden, aparte de todo lo que he dicho antes, a un estilo de convivencia social, higiénico y ecológico. No es bueno que hayan personas en el rol de usuarios oprimidos y humillados, pero tampoco en el rol de todopoderosos y déspotas.
  5. Utilizando bien la ingeniería social, se pueden modificar los sistemas de interacción sistemática en un institución, entidad o grupo social cualquiera, y siempre se ha de hacer con el objetivo de eliminar relaciones tóxicas y fomentar las virtuosas y productivas. Aprovechen los millones de euros que pagan al año, a lo asesores en materia de ciencias sociales, y no les paguen por estar ahí y poner sus nombres en artículos, libros y revistas, y vacilando en toda clase de banquetes y eventos, sino que trabajen un poco y que piensen de verdad.
Final
En los próximos artículos, iré explicando muchas más experiencias en diversos centros sociales, para ilustrar el panorama completo del imperio XAPSLL y sus reinos confederados en la ciudad de Barcelona, así como el presente y futuro gran negocio del Estado de la caridad, el Housing First.

1R. 8-Enero-2018. Paraiso Social

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