domingo, 14 de enero de 2018

2F. 6-Julio-2017. Teoria de la Varianza Social.



Teoría de la varianza social.

¿CÓMO SE EXPRESA LA VARIANZA ?
La varianza en la selección de las especies.
·          “La ley del más fuerte” suele ser comúnmente aceptado como el factor determinante en la evolución social y apenas se tiene en cuenta “La ley del más exitoso”. Según lo que entienden muchos de la teoría de Darwin, es que en el reino animal o incluso en cada especie o subespecie, sobrevive y ha sobrevivido el más fuerte. Se tiene poca consideración en que el mundo está lleno de especies débiles y que si sobreviven es gracias a un factor variable que nada tiene que ver con la fuerza. No sobrevive el más apto en términos generales, sino que sobrevive el que resulta ser apto una vez dictadas las normas del entorno y, por lo tanto, a través de la selección natural, la varianza se manifiesta como una fuerza que dicta las reglas del juego y hace que, con el tiempo, aparezcan ganadores y perdedores como un producto derivado de una función.

La varianza en la historia de la humanidad.
·         El miedo a lo imprevisto y la imposibilidad de controlar el porvenir, se han personificado en toda clase de instituciones sociales dando forma así a un seguro de vida en beneficio de unos pocos para aumentar y garantizar la probabilidad de éxito y supervivencia en sus vidas.

·         Para ver como se manifiesta la varianza en el ecosistema humano, hay que estudiar la historia para ver que, en épocas remotas y no tan remotas, hubo tiempos en los cuales existían seres humanos que sobrevivían teniendo la facilidad de matar y la suerte de no ser matados, los que tenían la ventaja de atacar en grupo y de no ser atacados por otro grupo más grande y, entre muchos otros, los que nacieron en zonas geográficas con abundante recurso vital y no ocurrió nada para privarles de tal beneficio; se pueden ver diversas situaciones exitosas donde nada tiene que ver el factor “fuerza” sino, más bien, uno o más factores situacionales o individuales acompañados de una variable positiva que, juntas, han producido las escenas de éxito.  La gerencia social, la genética y la capacidad mental son componentes a tener en cuenta y se podría decir que son determinantes en general, pero la posesión en sí del tipo y calidad de todas ellas, así como la certeza resultar beneficiosas para el éxito, dependen totalmente de la varianza. Por ejemplo, unos individuos disfrutando de las mismas opciones que las descritas antes en supuestos individuos afortunados, pero viviendo distintos escenarios, no podrían disfrutar del mismo éxito e incluso podrían fracasar. Se podría decir que al no vivir los mismos tiempos o que las circunstancias sean distintas, difícilmente se podría repetir la escena, pero, fuese como fuere, parece que la disponibilidad de recursos y la libertad de actuación favorecen y aumentan la probabilidad de éxito tratase del escenario que se trate. No son las formas de cultivar, comer o cuidarse las que han producido el éxito, sino que las formas en sí son las que han resultado ser exitosas entre muchas otras y tampoco traen el éxito, sino que ayudan a que la probabilidad de que se pueda producir sea mayor sin garantizarlo nunca.

La varianza en la vida cotidiana.
·         Si alguien nos diría que somos apostadores natos nadie se lo creería, pero, a la hora de la verdad, todos y cada uno de nosotros, apostamos una y otra vez cada día y cada momento a lo largo de nuestras vidas. Somos especuladores por excelencia y nadie es mejor que el otro, tan solo unos tienen más éxito y pueden presumir de ello. Todos vamos en transportes de todo tipo, público y privado, y nadie nos garantiza que vamos a llegar con vida al destino, todos comemos cada día de todo y en muchos lugares sin que nadie nos garantice que no vamos a enfermar de muerte, todos cruzamos las calles caminando y nadie nos garantiza que no podamos sufrir un atropello y, entre muchos otros supuestos, resulta que todos dormimos tranquilos por las noches sin que nadie nos garantice la no existencia de un terremoto que podría poner fin a nuestras vidas. Cada día hacemos apuestas y especulamos, pues a la mayoría le sale bien y llegan a ser ancianos, pero eso no quiere decir que les ocurren porque sean más listos, inteligentes y fuertes que los demás, sino que han resultado ser elegidos como ganadores. Muchas personas podrían corroborar tranquilamente esta teoría por la cantidad de testimonios reales que existen. La varianza dicta y elige como exitoso o fracasado al que esté preparado, y a su manera, coincidiendo con sus caprichos; es decir, tanto para tener éxito como para fracasar hay que estar preparado. Aunque suene raro, para fracasar hay que estar dispuesto a hacer algo y, por lo tanto, hay que estar impulsado por una serie de factores situacionales y personales. El resultado de una acción puede ser positivo o negativo y no hay un intermedio porque, la no acción, puede significar una forma de evitar el fracaso y es la postura que adquieren las personas tras una racha negativa pero también significa la negación a un posible éxito. Las personas que no actúan por miedo a salir mal parados tienen sus razones, sin duda alguna, pero dejan de ejercer la opción a que las posibilidades de éxito puedan imponerse sobre las del fracaso y así disfrutar del premio entregado por “la madre y todopoderosa varianza”.

La varianza en el estado de derecho.
·         En las sociedades modernas la vida es muy ajetreada y la lucha por los recursos vitales es, y lo ha sido siempre, muy encarnizada. Siempre han habido conflictos sociales y rebeliones para regular la distribución de la riqueza común y aumentar así las probabilidades de supervivencia en términos generales y por cada individuo; pero la varianza que afecta a cada individuo sigue siendo negativa para una gran parte de la población y esto es debido a que las clases acomodadas nunca permiten la distribución equitativa de los recursos a nivel general porque piensan que el poder y los recursos les pertenecen por derecho, por ley o por alguna decisión divina sin pensar en el hecho de que, el mismo derecho, la ley o cualquier forma de dictado común, han sido creados e impuestos a obedecer por antepasados de su misma condición, es decir, seres humanos con ventaja comparativa, y los cuales, a su vez, se han visto propietarios de la riqueza común por la cruel manifestación de la varianza. A nadie le pertenece nada por derecho, por tan personal o intimo que sea. En un mundo de anarquía e incivilizado las cosas pertenecen al que pueda conquistarlas. En las sociedades de derecho, allá donde lo grupos de individuos han renunciado a su voluntad individual en aras de una voluntad común, las cosas pertenecen a cada uno según las reglas establecidas, de antemano, en un supuesto mutuo acuerdo institucionalizado. Digo “supuesto mutuo acuerdo” porque lo que tiene de verdad es lo de acuerdo ya que de mutuo no tiene nada. Ninguna constitución o carta magna han sido creadas y avaladas por la mayoría, ni siquiera por un cuarto de la población, sino que han sido acuerdos hechos por las clases elitistas presumiendo entre ellas de representar parte de la voluntad de las demás clases para lograr así garantizarse la propiedad de recursos comunes mediante la gerencia de diversas instituciones. Ninguna revolución ha sido popular, así como ninguna rebelión o manifestación importante ha sido promovida por iniciativa ciudadana sino que han sido producto de maquinaciones por parte de miembros de las clases acomodadas en sus intentos de lucha por conquistar el poder y el pueblo tan solo ha participado de forma instrumental. Hay injusticias con respecto a esto en todos los países del mundo. En todos los estados se puede ver la existencia de constituciones creadas décadas o siglos atrás y no hace falta ser un genio para darse cuenta de que los miembros actuales nada tienen que ver con ellas, no han participado en su creación, ni las han aprobado, y muy pocos se las han leído en verdad. ¿Cómo es que generaciones enteras nacen, viven y mueren bajo acuerdos firmados por personas que ya no existen y nada tienen que ver con ellos? Muchos piensan que ellos han votado estos acuerdos, pero no se dan cuenta del hecho que las opciones de votar en cada momento son ajenas al cambio y que el voto que dan es para premiar a unos miembros de clase acomodada frente a otros. Así es como funciona el sistema electoral en los países actuales, no es más que una herramienta diseñada para que la varianza la incline en un lado u otro, pero, sea cual sea el lado, siempre premiará a alguien de la clase elitista. Ellos han establecido estas reglas de juego convirtiendo el voto de los ciudadanos en el factor más importante que mueve la varianza electoral para lograr la paz y el bienestar entre sus grupos privilegiados y dar la sensación al resto de que controlan algo y son importantes. Los gobernantes de cualquier país de hoy en día son los herederos de los antiguos cortesanos que formando parte de la fauna del palacio real en cada reino se dieron cuenta del gran poder y capacidad que tenían gestionando la riqueza del tesoro que los mismos reyes acumulaban saqueando y robando a punta de lanza en todas partes. Viéndose ellos con tal capacidad, pero sumisos al poder caprichoso de los monarcas, movidos por la codicia, la avaricia y la envidia, buscaron la manera de conjurar y tramar todo tipo de conspiraciones utilizando la imaginación del pueblo oprimido como fuerza bruta para lograr la libertad de gobernar entre ellos. Lograron tal hazaña ilustrando al pueblo llano, mediante la expresión artística, diversos escenarios con multitud de papeles dignos a interpretar y guiones llenos de pasión. Desplegaron en forma de cuentos, pintura, música y poesía entre otros, un mega escenario global que incluía de forma bien estructurada la vida común e individual con un trasfondo liberal y abundante en recursos; muy pocas revoluciones a lo largo de la historia se han dado con tanta creatividad y, las más parecidas en genialidad fueron la del pequeño grupo de judíos cristianos con su gran escenario celestial lleno de roles dignos y heroicos a interpretar, y la de los comunistas en la antigua unión soviética que, tergiversando las enseñanzas de Carl Marx, diseñaron un amplio escenario casi infantil donde todo el mundo podría ser igual al otro y disfrutar de las mismas cosas sin tener siquiera que hacer nada. Claro está y cualquiera puede ver que para el sostenimiento de estas oscuras empresas hizo falta mucha coacción directa e indirecta y el ejercicio de una violencia estructurada y personalizada en cuanto a roles y guiones, persiguiendo así la estabilidad de los escenarios aniquilando cualquier cosa que se salía del guion preestablecido, fuese una idea, un modo de vida, parte de la literatura o seres humano entre otros.

La varianza en la personalidad
·         Los seres humanos, muy a menudo, pierden sus libertades y sus opciones de desarrollo por el ejercicio y la explotación de esta capacidad natural que compartimos todos, el de ser persona, de crear e interpretar a alguien mediante la expresión artística. Los seres humanos existimos el uno para con el otro en cuanto a las personas que somos o llegamos a ser y este hecho nos hace vulnerables ante cualquier escenario complejo y mal estructurado con fines de colocarnos en posiciones inferiores con respecto a otros. En este sentido, nos dejamos llevar, sea por la belleza del “yo” que podríamos crear o por la utilidad y provecho del mismo, o por la incapacidad de tomar conciencia. Esta incapacidad es real por la falta de literatura y educación en este sentido pero el encanto y el romanticismo de los roles responde a una necesidad directa de nuestra mente que es la de crear. Todos somos artistas y no hay nadie mejor que los demás sino que cada uno desarrolla y expresa el arte a su manera. Lo que somos y lo que hacemos, sin tener en cuenta lo simples, buenos o malvados que puedan ser unos con respecto a otros, es expresión artística y la razón de nuestra existencia es esta capacidad de dar forma y transformar las cosas. Para un individuo en particular, el mundo y la realidad se desarrolla en su cabeza y nada tiene que ver con las de los demás, eso sí, cada uno coloca su entorno y al resto de personas por sus representaciones en el escenario mental, en su
·         mapa real, que es la estructura real sobre la que camina y de ahí que muchas veces sea incapaz de ver con perspectiva el escenario al que pertenece. Se pueden ver, por ejemplo, como algunas personas desarrollan sus roles ejerciendo de brazo ejecutor para oprimir a los demás o expropiar sus propiedades, sin tomar conciencia o ponerse a pensar que están abusando de una ventaja hacía una vulnerabilidad de la cual ellos mismo podrían haberla padecido. Todos o la mayoría de seres humanos se enamoran de sus papeles en cuanto los adoptan y los ejecutan a la perfección, pues están sujetos a estas leyes y, que algunos podamos verlas y ponerlas al descubierto, no quiera decir que logremos escaparnos de ellas. Sólo cuando la onda expansiva de una idea, concepto o proyecto, hace tambalear los escenarios, lo seres humanos ponen sus personas al descubierto y miden las consecuencias de sus exigencias; de entre las consecuencias siempre serán más valoradas las que tienen que ver con sus comodidades o privilegios quedando en segundo plano las que afecten a los demás. Somos seres egoístas y es verdad, sin el ego o el yo, no seriamos personas y quedaríamos reducidos a simples animales salvajes. Por regla general, y no está bien ni mal que sea así, lo que mueve al ser humano es el propio interés por encima de todo y el interés común queda reservado para unos pocos que, al ser exentos de las cargas que tienen los demás en cuanto a obligaciones laborales, familiares y demás, pueden desarrollar una visión total o parcial de la cosas desde otras perspectivas con mayor libertad. De la mano de personas así han llegado los mejores descubrimientos e inventos. Son estas personas que al disponer de tiempo y recursos por los efectos de una varianza positiva en sus vidas, exploran más allá de lo que ven y lo que les afecta, para revolucionar partes de algún escenario o guion y enriquecerlo creando posibilidades y opciones que hasta entonces eran impensables.


La varianza en el arte del “yo”
·         Nadie se imagina otra forma social de la que no sea vivida ahora en cuando a la teatralidad, es decir, necesitamos relacionarnos a través de las personas que somos, los papeles que desarrollamos a interpretar, y, sea cual sea el escenario, nunca podríamos interaccionar de otra forma. Somos seres vivos en cuanto son los ordenadores en bruto y somos personas en cuanto los ordenadores corren un sistema operativo. La persona, se asimilaría tranquilamente a conceptos tales como “mascara”, “rol”, “papel” o “programa estructurado” y, sea cual sea el nombre que cada uno lo quiera dar, no deja de ser una construcción creativa e intuitiva de nuestras mentes que nos facilita la integración. Pues sería imposible evolucionar de otra forma ya que, si sólo los seres humanos han evolucionado en forma de sociedad, seguramente, la única forma de que esto sea posible es a través de “las personas” que podemos ser. Si pudiéramos ver algún día los individuos de alguna especie animal con pintadas en la cara o cualquier otra forma de expresión artística desarrollada por ellos mismos, podríamos dar por hecho de que la evolución de la especie en cuanto a inteligencia irrumpe en ellos al igual que lo hizo en la especie humana hace millones de años. La capacidad de expresión artística es el factor individual y situacional que resultó ser exitoso por el efecto de la varianza. Se puede ver en las tribus más primitivas, que podemos ver hoy en día, como sus miembros se distinguen entre si y se clasifican en jerarquías gracias a la expresión artística y a la aceptación de la misma por mutuo acuerdo entre si. Cada uno de ellos es “alguien”, una cosa que es y hace dentro del escenario común. Se pintan y se adornan con todo tipo de cosas para parecerse cada vez más a lo que ellos creen o quieren ser. Adquieren modales y formas de expresión mediante todo tipo de comunicación con el objetivo de interactuar y, sea cual sea la naturaleza de esa interacción, cada uno de ellos va ejerciéndola hasta perfeccionarla en todas sus facetas.

La varianza en la estratificación social.
·         Los que se ven favorecidos por la varianza en el dominio de poder despliegan escenarios con variedad de papeles a interpretar para ser ocupados e interpretados por los demás, pero siempre en una escala de valor jerárquico y poder inferior con respecto a ellos. Se logran imponer dichos escenarios, por poner unos ejemplos, mediante la ocupación tras la guerra entre estados, mediante acuerdos parlamentarios a nivel de países y mediante la formación de una familia entre otros. Siempre hay interacción de papeles sobre un escenario y la existencia social y no se puede dar de ninguna otra manera. Por tan crueles o benévolos que puedan parecer algunos actos, siempre se han desarrollado sobre un escenario y han sido expresados por personas cuyo rol “el yo” de cada uno refleja una personalidad “carácter del rol, papel o mascara” y nunca se ha de mirar desde otra perspectiva. Hoy en día la sociedad esta estratificada por multitud de escenarios que se desarrollan a todos los niveles y los individuos, las personas representadas, cada día se esfuerzan tanto en mantener o mejorar sus guiones que, de la misma actividad teatral, resulta la sociedad en su conjunto.

La varianza en las clases sociales.
·          La vulnerabilidad de las personas ante la fuerza de la varianza es indiscutible pero los premiados, así como los castigados, adquieren una visión de la realidad social muy representativa de sus situaciones, es decir, los que han sido premiados por la varianza creen que el resultado de su condición es debido a su inteligencia, capacidad de determinación y valentía, sin ser conscientes de que, incluso la existencia, la calidad y la efectividad de esas habilidades están reguladas por la varianza. Se da por hecho que sus formas de pensar y actuar deberían ser ejemplos a seguir, como si tuviesen las claves del éxito para las vidas de todos los demás y considerándose, con mucha frecuencia, personas virtuosas o poseedores de conocimiento superior. Esta la principal razón de la existencia de jerarquías en las sociedades, de que haya ricos, reyes, santos y eminencias así como pobres, esclavos, mendigos y proletarios. Para un ser humano, recién nacido en el seno de una familia acomodada, la varianza le es mucho más favorable comparado con un otro ser humano, recién nacido, en una familia obrera. Todo el mundo sabe eso por la forma de percibir la realidad en el día pero pocos saben descifrar este fenómeno sobre el papel. Si la varianza le es más favorable a uno que a otro, lo es por la probabilidad que es mayor o menor en función de los factores y recursos disponibles en su entorno para logar el éxito; pero un exceso de recursos no siempre favorece el éxito, han de estar acompañados por factores favorables, y está más que demostrado la posibilidad de fracaso en situaciones parecidas. No quiero decir que sólo los recursos son insuficientes en términos absolutos, sino que ayudan mucho y aumentan la probabilidad que es lo más importante. De ahí que para los pobres estén reservadas las historias de milagros y los sueños de grandeza porque la varianza suele estar en sus contras incluso antes del nacimiento; como si, para los que creen en astrología y demás, los astros o los signos estuvieran alineados para que la persona fracase.  No hay nada más injusto y trágico que tener la mayor parte de las probabilidades en contra allá donde vaya e intente lo que intente. Según lo que se quiera hacer, en contra de la posibilidad de éxito interfieren otras posibilidades que llevan al fracaso y, cuando la varianza favorece, significa que las posibilidades de éxito superan en cantidad y fuerza a las que llevan al fracaso sin que lleguen a representar el 100 % casi nunca (siempre habrá al menos una posibilidad de fracaso por tan imposible que parezca). La probabilidad de fracaso se reduce mientras aumentan las posibilidades de intento en un sentido y, poniendo como ejemplo la obtención de un empleo, aumenta la probabilidad de éxito para obtenerlo apostando por muchos puestos y diversificando las candidaturas. Por si esto parece fácil, se ha de saber que, entre más candidatos optan por un puesto determinado, más posibilidades de fracaso compiten con las del éxito en cada candidato y, aunque haya algunos más preparados que otros, la varianza que va a premiar a uno frente al resto es imposible de calcular. Al igual que existen multitud de posibilidades de fracaso compitiendo con las del éxito en una dirección determinada, también afectan en una consecución de situaciones y el fracaso o el éxito en cadena produce el efecto "racha". Una mala racha o una buena racha está definida por una serie de intentos exitosos o fracasados y tienen un efecto poderoso sobra la persona que lo experimenta. Una serie de resultados similares aumenta o disminuye la autoestima y capacidad de intento en la persona y , al mismo tiempo, determina su posición social y su personalidad mediante la cantidad y calidad de las conexiones y relaciones sociales. Cada ser humano experimenta, desde el nacimiento, una continua construcción de su personalidad dentro del grupo social al que pertenece y esto se logra mediante el flujo de respuestas que recibe desde el entorno con respecto a sus intentos de establecer una variedad de vínculos. Por naturaleza el cerebro humano tiene la capacidad de registrar, reproducir y proyectar, de forma estructurada y creativa por medio de la comunicación, todo lo que es capaz de ver, oír, sentir y expresar.

La varianza social ilustrada.
·          Hoy en día, el avance científico y el desarrollo social, nos ofrecen gran cantidad de herramientas y soluciones para hacer frente a las consecuencias producidas por los efectos de la varianza en todas sus formas sociales. Aunque no podemos eliminar del todo o controlar en absoluto su dirección y efectos, sí que podemos disponer recursos y estructuras para ayudar a que su impacto no sea vital para las personas y reducir así su capacidad de destrucción al mínimo. Para concretar más, digamos que una vez evaluados los resultados del éxito o del fracaso, en las acciones de una persona, podríamos averiguar si tuvo una varianza positiva o negativa que lo haya premiado o castigado en sus proyectos y, de ahí, veríamos si fue una persona afortunada o desafortunada. Este fenómeno es evidente por sí mismo y para corroborarlo tan solo hace falta saber un poco de cálculo de probabilidad y mirar la estructura de cualquier grupo social para descubrir enseguida multitud de jerarquías. Dentro de un grupo social cualquiera los individuos afortunados determinan las clases acomodadas y los desafortunados las clases oprimidas, las que se privan de comodidades más de lo normal, y, dentro de estas clases, hay personas que determinan otras subclases por una alta incidencia de la varianza en sus vidas. Pues serian ricos o súper ricos los premiados y pobres o súper pobres los castigados por la varianza y es esta última subclase que se convirtió en mi objeto de estudio por el hecho de que, yo mismo, estuve y sigo estando relacionado con personas pertenecientes a ella. Para mi fue y sigue siendo una oportunidad y he considerado todo un reto intentar descifrar las claves de la existencia de este escenario dentro del repertorio social. Desde hace mucho tiempo deseo buscar mecanismos que puedan reducir su existencia en el futuro y, con los demás temas publicados en el blog, intentaré ilustrar con todo detalle, y de manera creativa, mi punto de vista con respecto a esta situación.


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