domingo, 14 de enero de 2018

1N. 13-Octubre-2017. Exclusión Democrática



EXCLUSIÓN DEMOCRÁTICA: El Jaque Mate al progreso social.


En este artículo voy a exponer una teoría personal sobre la "democracia", sobre su carácter exclusivo y su perjudicial manifestación política en las relaciones sociales.
  • De la democracia
No está bien que, en una sociedad moderna, un grupo de personas pueda dictar la vida del resto porque la ley lo permite. La sociedad democrática, permitiendo este ejercicio, hace que el sistema político sea una dictadura opresiva más. Lo único en que se diferencia la dictadura democrática con respecto a las demás dictaduras, es el hecho de que, en una democracia hay más de uno que oprimen al resto. La Democracia, es una gran ruleta de casino donde las clases acomodadas y las elitistas poseen la casa y el pueblo son los adictos al juego.
Cada cuatro años la gente ponen sus fichas en medio de la mesa en forma de votos partidistas, eligiendo ideologías y colores similares a los números de una ruleta
Todos ponen sus votos, esperando con ilusión y fantasía a que la ruleta electoral se ponga en marcha. Todos sueñan con los ojos abiertos en ganar sin más y sin importarles el hecho que, si eso sucedería, lo sería porque han perdido los demás. Así se comportan todos y piensan o actúan en términos de facciones, convirtiéndose automáticamente en "ludópatas" de la política democrática. Digo ludópatas, porque los adictos al juego nunca pierden las esperanzas y tampoco dejan de jugar; pues los ciudadanos de un pueblo democrático tienen un comportamiento similar y, aunque no lo vean así y se vean a si mismos tratando cosas serias, no dejan de ser unos adictos al juego político. Les gustan girar la ruleta electoral cada cuatro años para decidir el reparto del poder entre las clases altas, pero la ruleta, cada vez que para de rodar, va a beneficiar a unos pocos afortunados en detrimento del resto de personas desafortunadas. Pues así actúa la "varianza social" en el gobierno de la sociedad y altera continuamente la vida de todos los ciudadanos. Esta varianza política está definida, en su mayor parte, por la capacidad natural que poseemos todos de dictar la vida de los demás. Este rasgo nos define a todos y a cada uno de nosotros; pues cada ser humano es un dictador en potencia por naturaleza.
Allá donde hay un grupo de personas, normalmente existe una dictadura, sea una dictadura militar, comunista o democrática. En cuanto el grupo o subgrupo social sea más pequeño, el tipo de dictadura se percibirá con más claridad. Para explicar mejor la teoría, a continuación, pondré unos ejemplos de dictaduras como formas naturales de organización social:
- Dictadura militar: bandas, pandillas y grupos de delincuentes entre otros.
- Dictadura comunista: la familia, sea cristiana, musulmana, hindú o atea. Los niños recién nacidos bajo una institución familiar cualquiera, casi siempre estarán sujetos a un régimen dictatorial comunista. Hoy en día, sin duda alguna, existe la excepción, pero lamentablemente representa a una minoría. Muy pocas familias saben educar y criar a sus hijos en un régimen de libertad, siendo la dictadura maternal o paternal como la estructura más común para la organización familiar.
- Dictadura democrática: el juego de las agrupaciones y de las facciones, la enseñanza de "nosotros y ellos", el juego y el poder de los miembros organizados frente a los miembros desorganizados o dispersos sin unidad o vínculo real, así como el gobierno de muchos países actuales.
Tal y como podemos ver, desde que nacemos, pasando por la niñez, la adolescencia y la juventud, hasta alcanzar la avanzada edad de fallecer, estamos continuamente expuestos a algún tipo de estructura dictatorial. Al parecer, el sistema nos controla y nos enseña a reproducir sus ritmos sin que nos quede margen alguno para el libre albedrío. El proceso de perpetuación continúa mediante la actividad de nuestras vidas, pues nos convertimos en parte del sistema que va a controlar y enseñar (dictar) a los nuevos recién nacidos los ritmos de todos y cada uno los sistemas dictatoriales.
  • De la libertad democrática
Las clases acomodadas no paran de engañar al pueblo diciéndoles a estos últimos que deciden mediante el voto, que son importantes y que, a través de la política democrática, estos tienen derechos y son más libres que nunca. No se dan cuenta, estos supuestos ciudadanos libres de que, tienen derechos que les perjudican y que no les pertenecen en la mayor parte de las situaciones; que tienen un exceso de derechos innecesarios sobre todos y eso esta mal, pues existe un caos social como resultado de una carencia educativa sobre la responsabilidad de decidir. Todos tienen un arma poderosa pero nadie ha recibido unas instrucciones correctas a utilizarla y por lo tanto hacen un mal uso de ella. No saben utilizar dicho poder y tampoco pueden utilizarlo con facilidad para reivindicar derechos esenciales y fundamentales para una vida social segura, tranquila e inclusiva.
Todos los ciudadanos tienen una pequeña parte del poder para dictar la libertad a los demás, pero al mismo tiempo, los demás también poseen el mismo poder sobre ellos. A nivel social, se tiene muy poco conocimiento sobre cómo vivir tranquilamente.
Tienen poder para desarrollar un caos entre ellos pero no tienen poder para librarse de él y ser felices. Se parecen mucho a estos rebeldes de países africanos quienes están en guerra y quienes tienen poder para matar por la posesión de todo tipo de armas, pero son incapaces de instaurar la paz utilizándolas. No saben que, el hecho de que alguien les hayan dado dichas armas, radica en el beneficio oculto de lucrarse con el caosestablecido, y que todo lo contrario, es decir, estar unidos y en paz, no les da ningún poder a los que les dieron las armas.
  • Del carácter democrático
Es así como se sostiene la democracia en todos los países. Unas clases elitistas distribuyen el poder de decidir entre todos los demás ciudadanos, y del caos producido por tal distribución, resulta el beneficio para aquellos. Esta realidad se puede deducir fácilmente por la mera observación de quienes ostentan la gerencia y los cargos de toda clase de instituciones beneficiarias del conflicto humano.
No hay negocio mas lucrativo para la clase alta que el negocio del derecho
Todos aprenden a ser desde abogados y jueces, hasta dirigentes y parlamentarios. Se lucran con el caos producido por la incapacidad de los demás de distinguir lo que se puede hacer de lo que supuestamente tienen derecho a hacer. Todos intentan imponer su voluntad de dictado, atropellando los derechos de los demás y apoyándose en ideas románticas o en multitud de libertades ambiguas. En cuanto a las formas de irrumpir y pisotear los derechos de los demás, existe establecida toda una escala jerárquica de conflictos sociales, desde los que se resuelven en los juzgados y dependencias policiales hasta los que se manifiestan en revueltas o protestas legislativas. Todas tienen su origen en el mismo hecho y es el de haber jugado a la ruleta electoral democrática. Aunque puedan parecer algunas formas de conflicto más importantes y superiores a las otras, la verdad es que todas provienen de la misma causa mencionada antes.
No hay una educación sana y social así como tampoco hay una voluntad de construir unas instituciones duraderas, estables e inclusivas
Los políticos y demás clases acomodadas, viven de la inestabilidad, de que durante cuatro años esté un plan educativo y algunos derechos civiles para ser cambiados radicalmente al final de dicho período. Alegan siempre, los dirigentes políticos, que es voluntad del pueblo, que las personas son valientes y virtuosas por seguir jugando al juego democrático, que el mero ejercicio de este juego es la solución a toda clase de dictaduras y que es sinónimo de libertad en todos los sentidos. El pueblo no se da cuenta de las palabras llenas de humo que salen hacía ellos, para envolverlos en la ambigüedad, la ilusión y las falsas esperanzas, de lo que comúnmente se conoce como "demagogia".
  • Del juego democrático
Los miembros de las clases inferiores siempre han sido vistos como “vulgos” o “populachos” a los que hay que divertir continuamente, para que sean productivos u obedientes. Siempre han sido vistos por "la élite" como ignorantes que necesitan ser impresionados para estar contentos y nada mejor para lograr eso, por sus partes, que hacerles participes en toda clase de juego. Dicha forma superior y analítica de ver a las personas obreras hace que la política engañe al pueblo, hasta tal punto de impulsarle a jugar con sus propias vidas, impidiendo o dejar de ejercer sus libertades para una convivencia fructífera. Juegan al juego de la banca, al de la economía y al de la justicia, y la mayoría son ludóaptas en estos juegos que dominan siempre las clases altas. Hagan lo que hagan, nunca podrían ganar contra ellos jugando a sus mismas reglas establecidas.
Todos están oprimidos por todos y nadie es capaz de ver eso, de que mas allá de los pocos aspectos que los afectan a todos en común, no hay mas que decidir, es decir, para que hayan libertades y derechos sociales, no es necesario que todos decidan. Una comunidad pacífica debería dejar en paz a los demás y exigir lo mismo cuando no se les deja. Si un grupo de personas reclaman un derecho que no implique la vulnerabilidad de otro hacía los demás, se le deberían concebir sin más juegos políticos, estrategias mercantilistas o contratos llenos de letra pequeña. La paz y la felicidad radica en que las personas puedan decidir en asuntos que les afecten de forma directa, real y no lo contrario. Eso de que todo un pueblo elija a un presidente y a un gobierno que decida por todos, no es mas que una locura.
El hecho de que, una regla del juego establezca que el 50,1 % dicte la vida del resto 49,9 % de la población, ya es una enfermedad.
De hecho, la mayoría de la veces, ni llegan al 10% los que deciden porque la norma general da la voz cantante a los que más ruido hacen. ¿Que necesidad hay de que, incluso la mitad de los ciudadanos, impongan y opriman a la otra mitad? Ninguna, pues es contrario a la libertad y a la tranquilidad, y tan solo significa división, conflicto y opresión.
  • De las raíces
Los gobernantes, de cualquier país de hoy en día, son los herederos de los antiguos cortesanos quienes, formando parte de la fauna del palacio real en cada reino, se dieron cuenta del gran poder y capacidad que tenían gestionando la riqueza del tesoro que los mismos reyes acumulaban saqueando y robando a punta de lanza en todas partes. Viéndose ellos con tal capacidad, pero sumisos al poder caprichoso de los monarcas, movidos por la codicia, la avaricia y la envidia, buscaron la manera de conjurar y tramar todo tipo de conspiraciones utilizando la imaginación del pueblo oprimido como fuerza bruta para lograr la libertad de gobernar entre ellos. Lograron tal hazaña ilustrando al pueblo llano, mediante la expresión artística, diversos escenarios con multitud de papeles dignos a interpretar y guiones llenos de pasión. Desplegaron en forma de cuentos, pintura, música y poesía entre otros, un mega escenario global que incluía de forma bien estructurada la vida común e individual con un trasfondo liberal y abundante en recursos.
Muy pocas revoluciones a lo largo de la historia se han dado con tanta creatividad y, las más parecidas en genialidad, para mencionar algunos ejemplos, fueron la del pequeño grupo de judíos cristianos y la de los bolcheviques rusos. Los primeros, con su gran escenario celestial y lleno de roles heroicos a interpretar, fueron conquistando las almas de la mayor parte de la población europea, que en aquellos tiempos antiguos, era de condición esclava. Los segundos, los comunistas en la antigua unión soviética, tergiversando las enseñanzas de "Carl Marx", diseñaron un amplio escenario casi infantil, donde todo el mundo podría ser igual al otro y disfrutar de las mismas cosas sin tener que hacer nada. Claro está y cualquiera puede ver que, para el sostenimiento de dichas oscuras empresas, hizo falta mucha coacción directa e indirecta, así como el ejercicio de una violencia estructurada. Estos dos movimientos mencionados, así como todos los demás que la historia nos puede recordar, persiguieron la imposición de sus escenarios, aniquilando a cualquier cosa que se salía del guion preestablecido, fuese una idea, un modo de vida, parte de la literatura o seres humanos entre otros.
  • ¿Despertamos?
Hoy en día, así es como todavía viven la mayor parte de la población mundial, pues son esclavos de toda clase de escenarios impulsados por grupos organizados, siendo estos últimos quienes se aprovechan de la desorganización social del resto, imponiéndoles sistemas engañosos de vida para convertirse en ganadores de su propio juego. Aceptando sus juegos y jugando a sus reglas, las clases bajas, les están dando privilegios a las clases altas sobre cantidades astronómicas de bienes y servicios; sobre bienes y servicios que podrían paliar la pobreza de cada país en concreto y regular así las desigualdades sociales derivadas de las actividades dictatoriales en cada grupo o subgrupo social.


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